
Para Donde Oscila el Péndulo
Valle de México.-Tanto los expedientes judiciales en Estados Unidos como los reportes oficiales en México, revelan cómo el narcotráfico no solo se construye con poder armado, sino también con redes dentro de las instituciones de seguridad.
Los casos de Édgar Veytia, exfiscal de Nayarit, y Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, representan dos rostros de la misma problemática: autoridades que terminaron vinculadas con el crimen organizado con unos años de diferencia pero con la constante de que en ambos casos es la corrupción y la complicidad.
El “Fiscal del Diablo”
En marzo de 2017, el exfiscal de Nayarit Édgar Veytia fue detenido en San Diego, California, acusado de conspirar para traficar cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos.
En 2019, se declaró culpable en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York y fue condenado a 20 años de prisión. El Departamento de Justicia estadounidense señaló que Veytia “traicionó su juramento como fiscal general y usó su cargo para facilitar el tráfico de drogas a gran escala” (caso 1:17-CR-00111-ERK).
Durante el proceso, la fiscalía presentó pruebas de que Veytia “recibía pagos mensuales de organizaciones criminales a cambio de brindar protección, perseguir a rivales y permitir el paso seguro de cargamentos hacia Estados Unidos”.
Bermúdez Requena, de jefe policial a presunto líder criminal
En contraste, Hernán Bermúdez Requena, quien se desempeñó como jefe de la Policía Municipal de Centro y más tarde como secretario de Seguridad Pública de Tabasco, ha sido señalado en distintos informes de inteligencia como presunto líder del grupo criminal La Barredora, surgido tras la fragmentación de los Beltrán Leyva.
De acuerdo con documentos filtrados en la “SEDENA Leaks”, la Secretaría de la Defensa Nacional incluyó a Bermúdez Requena en reportes de 2022 como operador con vínculos con células del narcotráfico en el sureste del país.
Aunque Bermúdez ha negado públicamente cualquier relación con el crimen organizado, versiones de la Fiscalía General de la República lo han colocado como objetivo prioritario en investigaciones contra La Barredora.
Un informe de la Policía Federal de 2012 ya advertía que “La Barredora extendía su influencia más allá de Guerrero con apoyo de exmandos de corporaciones de seguridad”.
Similitudes y diferencias entre el jefe de la barredora y el fiscal del diablo
Tanto Veytia como Bermúdez Requena representan la infiltración del narcotráfico en las estructuras del Estado. Ambos consolidaron poder en regiones estratégicas y fueron señalados por usar sus cargos para favorecer a organizaciones criminales.
La diferencia radica en su desenlace: Veytia fue procesado y condenado en Estados Unidos; Bermúdez, en cambio, no ha enfrentado aún un proceso judicial firme en México, aunque sigue bajo sospecha y en el centro de acusaciones públicas.
Un espejo de la narcopolítica mexicana
Los casos de Veytia y Bermúdez Requena muestran que el crimen organizado en México no solo depende de la violencia armada. Como señaló el exfiscal de Nueva York, Richard Donoghue, tras la condena de Veytia: “El narcotráfico no puede operar a gran escala sin corrupción en las más altas esferas”.
En el caso de Tabasco, legisladores de oposición han pedido que se esclarezca la presunta relación de Bermúdez con grupos criminales. “La ciudadanía necesita saber si su seguridad estuvo en manos de alguien con vínculos con el narcotráfico”, señaló en 2023 un diputado local citado en medios estatales.
El paralelismo entre ambos personajes exhibe un fenómeno persistente en México: la delgada línea que separa a la autoridad de la criminalidad.
