**La falta de transparencia y uso discrecional en el manejo del dinero público y las malas decisiones de Nueva Alianza Estado de México, evidencian la corrupción y falta de liderazgo de Mario Alberto Cervantes Palomino, el dirigente secuestrador de ese instituto político.
**Se perfila Nueva Alianza, presuntamente para buscar una alianza electoral con el PRI en la entidad.
**Niega dirigencia sumarse a sus aliados históricos –Morena y el PT- con quienes cada vez más hay mas distancia, lo que significará una ruptura en los comicios de 2023.
Redacción.
Valle de México.-Entrada la efervescencia política electoral por la próxima renovación de la gubernatura del estado de México, casi todos los partidos políticos están realizando trabajos ordinarios de organización con sus militantes, mostrando el músculo político y perfilando hacia donde caminaran y con quienes, en 2023.
Sin embargo, Nueva Alianza se encuentra hundido en la opacidad del manejo de los recursos públicos y un marasmo político, críticos a la dirigencia han señalado que esto se debe, gracias a la mediocridad de su dirigente. Mario Cervantes Palomino, quien ya se perfilan cómo el enterrador del partido en la entidad.
Y es que habrá que recordar que está dirigencia no tuvo la capacidad de articular un proyecto municipal para la elección extraordinaria de Atlauta este 2022, como quedó demostrado al no presentar registro de candidatura para ese municipio, a pesar de contar con varios meses –desde junio del 2021 en que se declaró no válida la elección ordinaria, hasta este abril de 2022 fecha en que se cerró el plazo para registro de candidaturas ante el Instituto Electoral del Estado de México.
La mediocridad y mezquindad de Mario Cervantes Palomino es tal, que prefirió que Nueva Alianza EdoMéx no participara en la elección extraordinaria de Atlauta, en lugar de sumarse a sus aliados históricos –Morena y el PT- con quienes cada vez más hay una distancia que perfila una ruptura, pues ante la soberbia ya puso distancia con los principales liderazgos internos, incluso se habla que ya no escuchan ni a la dirigencia nacional.
Incluso ha trascendido que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ya busca convencer al sedicente dirigente Mario Cervantes Palomino de que el instituto turquesa vaya en alianza con el PRI en la elección de 2023 por la gubernatura mexiquense.
Este manejo ineficaz en términos políticos que ejerce Mario Cervantes Palomino del instituto turquesa, se ahonda con la opacidad con que maneja los recursos públicos que el IEEM le asigna a Nueva Alianza EdoMéx, como lo son los 51 millones 198 mil 878 pesos asignados como prerrogativas para este 2022.
Esos recursos públicos, generados con los impuestos de todos los mexiquenses y que se asignan a Nueva Alianza Estado de México para sus actividades ordinarias y extraordinarias como instituto político, simplemente no son transparentados ni a los militantes turquesas ni a los mexiquenses.
Debido a la propia naturaleza de la dirigencia, sus manejos son obscuros pues nadie sabe en que se gastan esos recursos, no se sabe dónde está el dinero, ni quiénes son los beneficiarios, pues no existen gastos ni operación y menos aún programas que sean públicos.
Así, sumido en la opacidad es el manejo de las finanzas en la dirigencia estatal que encabeza formalmente Mario Cervantes Palomino, pero donde las decisiones políticas y operativas las realmente ejerce su hijo, Mario Cervantes Montero.
Esa dupla presuntamente está hundiendo al proyecto turquesa en la inoperatividad, lo que sin duda se reflejará en las expectativas en materia electoral, ya que en plena efervescencia política rumbo a EdoMéx 2023, se estima que venderán caro su amor al tricolor.
Recordemos que después del secuestro de las instalaciones y del emblema de Nueva Alianza EdoMéx, los Mario’s no solo se han quedado con los recursos públicos asignados al partido turquesa, más de 51 millones de pesos que no transparentan su uso, sino ahora quieren decidir el destino de lo que queda de Nueva Alianza para llevar a cabo una negociación electoral
Incluso un señalado que con esta avaricia no tienen ni la capacidad ni el liderazgo para hacer política de alto nivel, como exige la antesala de la renovación de la gubernatura mexiquense en 2023.