Por: Alejandro Carrillo.
La tragedia invade una vez más el Valle de México con el desgajamiento del Cerro del Chiquihuite, autoridades de protección civil, rescatistas y voluntarios se mantienen en la zona, así como binomios caninos de otras demarcaciones.
Todos ayudando en la búsqueda; hasta el momento hay una persona lesionada, un fallecido y 10 desaparecidos, seis adultos y cuatro menores de edad.
La fuerza de la naturaleza nos deja ver lo endebles que somos ante los fenómenos naturales, hace unos días en una tremenda inundación la cuál causo estragos en Ecatepec, lo que junto con el sismo sería la causa el reblandecimiento del Cerro Del Chiquihuite mismo que al igual que el cerro gordo habría sufrido un desgajamiento.
La Sierra de Guadalupe y la zona serrana entre los municipios de Tlalnepantla, Ecatepec, Tultitlán, Coacalco, y la Gustavo A Madero, son un pulmón verde, también es una zona de recarga natural de agua.
Con la depredación del medio ambiente y el cambio climático esta zona está reclamando su territorio, para los millones de habitantes es un riesgo inminente ya que por el desarrollo urbano inconsciente que fue creciendo en las faldas de la Sierra de Guadalupe, poblando literalmente “Los Cerros”, está inconsciencia que se produjo como un negocio con la complacencia de la clase polituca, hoy tiene consecuencias.
Ante la desgracia del Chiquihuite y las inundaciones en Ecatepec, la solidaridad fue manifiesta, cientos de personas estuvieron como voluntarios tratando de ayudar en la búsqueda de las personas que están aún desaparecidas entre los escombros y en ayudar a la ciudadanía atrapada por el agua.
Hace unos días también en la zona de Caracoles una joven de 18 años fue arrastrada al pretender resguardarse del inmenso caudal de agua y fue arrastrada hasta un presa en Hidalgo donde después de 3 días de búsqueda fue localizado su cuerpo.
La fuerza de la naturaleza no se detendrá ante los millones de habitantes en su periferia, por ello y ante el aumento de los fenómenos climáticos es preciso que se tomen las medidas preventivas en materia de protección civil y se dispongan de recursos para preservar la vida y el patrimonio de la ciudadanía pobladora de la metrópoli.