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Por: Alejandro Carrillo.
Ver al pasado no necesariamente es un ejercicio de legalidad, la consulta ciudadana impulsada para presuntamente enjuiciar a los Expresidentes de México es un espejismo de legalidad que se ubica, como un ejercicio de propaganda más que un acto democrático.
En 2018 el presidente electo en un acto desesperado por boicotear el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) realizó una consulta la cuál organizó su movimiento (Morena) para cancelar el proyecto más importante de el sexenio anterior.
Impulsado por la alta demanda de pasajeros y a la necesidad de incrementar la infraestructura aeroportuaria, y considerando la falta de espacio para la expansión del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el gobierno mexicano se vio en la necesidad de realizar una búsqueda de sitios viables para la construcción del NAIM, mediante la elaboración de estudios técnicos y de factibilidad, los cuales señalaron a la Zona Federal del exlago de Texcoco como la opción más admisible.
Las obras del nuevo aeropuerto de Texcoco comenzaron en 2014, lo cual implicaría una gran inversión, generación de oportunidades de empleo y desarrollo en el oriente del Estado de México, así como el rescate de los pueblos originarios de Atenco, Santa María Ixtapa, y el reconocimiento al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), por su lucha al lado del presidente, cuyos dirigentes defendían terrenos inexistentes y después un lago hoy inexistenteque fue desecado producto del crecimiento de la Ciudad de México, no por la obra del NAIM.
De acuerdo con el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, (sin evidencias y sin argumentos técnicos), dicho proyecto aseguró que era excesivamente costoso e implicaba un alto impacto ambiental, además de que el cronograma del proyecto indica como año de apertura el 2020, por lo que éste propuso realizar una consulta ciudadana para definir el futuro del NAIM.
La consulta de octubre de 2018 fue un argumento suficiente para cancelar un proyecto de Miles de millones de pesos cuyos resultados
no fueron confiables porque no hubo injerencia alguna del Instituto Nacional Electoral (INE); además se usaron boletas sin folio y sin elementos de seguridad; y el conteo fue realizado por particulares.
Por otra parte, según el portal de datos abiertos del gobierno federal, el NAIM habría celebrado 461 contratos con, entre otros, con empresas estatales, el sector privado, instituciones como la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y universidades, cuyo valor de contratación superaba mil millones de pesos, por lo que ante la cancelación del NAIM, queda la incertidumbre relativa al cumplimiento de dichos contratos.
Se dijo que el tema principal era la corrupción, y el daño ecológico, así como el impacto a los mantos acuíferos, sin embargo se consultó sin una metodología el destino de un aeropuerto de primer mundo antes de ser gobierno.
Los hechos de la consulta del NAIM.
No hay un lago, se inundaron las obras de forma deliberada, se canceló la posibilidad de crecimiento económico para la región oriente del Valle de México, no se concluyeron las obras de infraestructura, no hay un mega parque, no hay un rescate cultural de los pueblos originarios de la región, no se han concluido los litigios con los propietarios de los terrenos.
Que si hubo con la consulta.
Se malversaron los fideicomisos del NAIM, producto del impuesto de tarifa aeropouertaria para la construcción de Santa Lucia, si hubo la imposición de un aeropuerto en instalaciónes militares, si hubo un afectación al espacio aéreo, se constituyó una forma de consulta simulada que legitimó una desicion política, que esa si estária contemplada en la pregunta de la consulta del día de hoy.
Honestamente, los delitos que se imputan a cada uno de los presidentes, son desiciones políticas que son parte del ejercicio de Gobierno, como la cancelación del aeropuerto NAIM no siempre operan bajo la lógica del interés colectivo.
Así como se acusa a los expresidentes de los errores del pasado, debe de ser una regla anticipar cualquier acto de corrupción de este gobierno, de lo contrario se pretende solo continuar con un estilo propagandístico de hacer política basado en un discurso de señalar a sus antecesores, sin pruebas, sin procesos abiertos y sin sentencias definitivas.
La vilesa de insistir en que los actos del pasado son imputables en el presente, representan la oportunidad de legitimar una idea de “los buenos y los malos”, también pretende deslegitmar al órgano electoral (INE) por encima de los resultados de la consulta, y la baja participación en ella pone al descubierto que a la ciudadanía de México no se le puede tomar el pelo de forma tan descarada, más aún pondrá en evidencia que este gobierno se guía por ideas vagas más que por hechos y por argumentos.