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Por: José Manuel Ponce Moreno.
Tonalá, Oaxaca.- Un desalentador panorama ante el desinterés público del quinto y último informe 2019-2021 del edil Josué Hernández Castillo, una asistencia casi nula (no más de 40 personas) en su mayoría allegados del denominado “círculo cerrado”.
Trás una administración pública calificada por la opacidad ante la nula rendición de cuentas claras de los recursos públicos, tras una estrepitosa derrota, tiene como logro la construcción de una sola calle, misma que a decir de los trabajadores de la construcción que participaron en ella, no rebasan los 150.000 ciento cincuenta mil pesos.
Enfocándose única y exclusivamente al manto con el que se cobijo, la educación ( tecnológico campus Tonalá), dejando como legado 2 aulas donadas durante el sismo del 2017, no informando cuántos millones invirtió o repartió o dono para la gestión de esta institución.
Como no hizo ninguna referencia acerca de los ingresos por la explotación del material pétreo y que al decir de los participantes (ingenieros) fueron cientos de millones de metros cúbicos de venta de grava y arena de cuáles se desconoce su paradero, más no el dinero malhabido que le permitió mantenerse 5 años en una mediocre administración.
Durante del mandato de Hernández Castillo se escudó, en el palacio municipal, administrando una ausencia permanente y ahora al término de esta, tal parece que quiere dejar un gobierno de supuesta apertura, utilizando el dinero del pueblo para desestabilizar y confundir a la población y con un claro objetivo de afectar a la nueva administración.
Cabe recordar, que al igual que en su primer trienio 2002-2004, no hubo rendición de cuentas, ni apertura en materia de transparencia, en esta administración se hizo más evidente su tendencia a esconder las cuentas.
Duránte su bienio 2017-2018, para su buena suerte y por supuesto para desgracia de la población se vino el terremoto del de 7.9 grados por el cual, a la cabecera municipal de Tonalá, llegó muchísima ayuda nacional e incluso internacional, tanto en dinero en efectivo, como en despensas y ropa, el cual nunca se supo su paradero, pero que si apareció tiempo después y usarlo en su reelección y para muestra tenemos el teclado del mercado municipal, que fue realizado presuntamente con lámina que debía de ser utilizada para atender a los damnificados pero ante la emergencia prefirieron llenarse los bolsillos cobrándole al ayuntamiento millón y medio de pesos.
La corrupción fue “rampante” en total contrasentido de los preceptos que impulsa el gobierno federal (No robar, No mentir y no traicionar), Josué Hernández ha cambiado su forma de vivir con la adquisición de autos nuevos, la compra de terrenos, la construcción de nuevos inmuebles y hoteles, el uso de servicio doméstico de forma honerosa y hasta nuevas relaciones personales, y todo con sueldos que no rebasan los 10,000 diez mil pesos mensuales, lo cuál resulta inexplicable, sin que sus manos queden manchadas con la corrupción que la ciudadanía desprecia y que puede ser un argumento por parte de las autoridades de fiscalización en la legislatura del Estado las cuáles con una investigación puede fincar responsabilidades incluso de tipo penal al multicitado político.
Este “Capítulo Negro” que significa la amplia gestión de Josué Hernández Castillo llega hoy a su fin, para bien la los ciudadanos de Tonalá, por ello será su obligación entregar a la presidenta entrante este primero de enero de 2022, las camionetas, motocicletas, trascabo (que ya existía), los camiones de volteo y demás bienes pertenecientes al municipio, por que a la vista de la gente, hasta el último día de su mandato siguen saqueando al pueblo y vendiendo firmas e impunidad.