
Por: Redacción
Toluca, México.- Con un discurso que confrontó estereotipos, cuestionó prácticas del gremio y puso en el centro la dimensión ética del lenguaje, el periodista José Manuel Miranda López, de la estación 98.9, participó en el 4º Foro de Análisis de Reformas a la Le de Protección de Periodistas y Personas Defensoras de Derechos Humanos 2025, donde abordó los mecanismos de censura y autocensura que enfrenta hoy el periodismo en México.
Su ponencia titulada “Historia de olvido y redención; lenguaje y periodismo”, el analista político en la frecuencia de radio 98.9 FM, con sede en Chalco, no sólo presentó un diagnóstico crítico sobre la situación actual de la prensa, sino que también convocó a una reflexión ética y existencial sobre el papel del periodista como figura incómoda, pero necesaria para una sociedad democrática.
Miranda López partió de una premisa filosófica: “El lenguaje es la casa del ser”, citando a Martin Heidegger, desde ahí, planteó que el periodismo debe reivindicar su esencia como ejercicio de lenguaje, no solo como medio informativo, sino como herramienta de construcción de sentido, identidad y memoria.
En tiempos donde la prisa, la superficialidad y el sensacionalismo parecen dominar buena parte del quehacer mediático, el periodista llamó a recuperar el valor de la palabra con fundamento, contexto y profundidad: “Somos lenguaje, y el periodismo debería reflejarlo: narrar con integridad, escribir con conciencia, y pensar con valentía”, sentenció.
La censura, explicó José Manuel Miranda, no es solamente una acción ejercida desde el poder, también se manifiesta como autocensura, una forma más sutil y peligrosa de silenciarse a uno mismo por miedo, comodidad o conveniencia. “Hoy muchos periodistas ya no necesitan que alguien los calle; se callan solos, porque han aprendido a sobrevivir dentro de una estructura que no premia la verdad, sino la obediencia”, aseguró.
Esta afirmación encendió una serie de reacciones entre los asistentes al foro, compuesto por comunicadores, académicos, defensores de derechos humanos y legisladores. La provocación fue clara: ¿qué tanto de lo que se calla es por imposición y qué tanto por omisión voluntaria?
El periodista trazó una línea crítica hacia dentro del gremio periodístico, reconociendo que existen voces que se conducen como “caricaturas del poder”, más cercanas al modelo del Vendedor de Silencio, en referencia al personaje de Carlos Denegri, retratado por Enrique Serna, que al del periodista comprometido con la sociedad.
Con esta referencia, planteó que el periodismo también ha sido protagonista de una historia de olvido y redención: “Hemos olvidado nuestra misión y nuestro poder transformador. Pero también estamos a tiempo de redimirnos, de volver al lenguaje como herramienta de verdad y libertad”, subrayó.
El foro, organizado por la Iniciativa 100 Periodistas por el Estado de México, busca revisar y actualizar el marco legal de protección a periodistas, ante un contexto cada vez más violento y adverso para el ejercicio libre de la comunicación. Pero la propuesta de Miranda López fue más allá del ámbito jurídico: “Una ley no basta si no hay conciencia gremial, si no hay ética del lenguaje ni voluntad de disentir”, advirtió.
Finalizó con una cita del poeta William Blake: “Nunca sabremos lo que es suficiente hasta conocer el verdadero sentido de lo superfluo”, llamando a la prensa a ir más allá de lo evidente, a pensar diferente, a escribir distinto.
La ponencia de Juan Manuel Miranda dejó claro que el principal desafío del periodismo actual no es solo enfrentar al poder, sino también rescatar el poder del lenguaje. Volver a escribir con decoro, pensar con profundidad y construir desde la palabra una ciudadanía crítica.
Porque en medio del olvido, la palabra sigue siendo redención. Y el periodismo, cuando es auténtico, es lenguaje que ilumina.
