Valle de México.-Por lo menos en 5 puntos del Valle de México se localizan pirámides y sitios dónde ancestralmente se recibe la celebración de la entrada del equinoccio de primavera.
Ante la pandemia COVID-19 que lleva un poco más de 200 mil muertes en nuestro país se canceló la concentración en las pirámides de Teotihuacán y los centros ceremoniales dónde tradicionalmente este día llegan a concentrarse un gran número de personas, sin embargo, el permanecerán cerrados del 19 al 21 de marzo.
Durante este fenómeno astronómico, el sol se ubica justo en el ecuador celeste, saliendo por el este y poniéndose por el oeste. Esto, además de generar abundante luz solar, causa un curioso efecto: la noche y el día tienen la misma duración en todo el mundo
Para el México prehispánico
la naturaleza renacía y comenzaba el ciclo agrícola, por ello era vital ofrecer algo a los dioses a cambio de la protección de las cosechas particularmente frente a los desastres naturales, durante la fiesta principal que duraba 20 días en la gran Tenochtitlan, se le entregaban a los dioses corazones extraídos directamente de los guerreros que habían sido capturados en batalla.
En Ecatepec la piedra equinoccial ubicada en el cerro del Ehecatl en las faldas de la Sierra de Guadalupe, es uno de los lugares donde gran cantidad de personas se reúnen para recibir la energía de los primeros rayos del sol en el inicio de la primavera, sin embargo, por la pandemia este año tampoco fue posible su celebración.
La visita se ha convertido en una tradición para Miles de personas que llegan desde muy temprano para sentir la llegada del ciclo para observar desde la cima del cerro del ehecatl el surgimiento del Sol; así como se puede observar la bajada de Kukulkán, en las pirámides de Chichén-Itzá, a fin de ver el descenso de la serpiente emplumada y la concentración de personas vestidas de blanco en Teotihuacán en espera de establecer vínculos olvidados entre el hombre y la naturaleza.