Para Donde Oscila el Péndulo
La reaparición del expresidente Andrés Manuel López Obrador, so pretexto de la presentación de su libro “Grandeza”, desde su finca de palenque Chiapas llamada La Chingada. se da en un contexto diferente en el que se fue, después de un año dos meses, el país ya no es el mismo, el ya no es presidente, y la narrativa que embargó su sexenio se erosionó con la misma fuerza de la que llegó la esperanza de cambio en 2018.
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Los padecimientos generados para la población en su mandato, se revelaron tras su salida de la presidencia de México, el huachicol fiscal, los abrazos y no balazos; reflejaron una espejismo que cobro miles de vidas por la omisión para actuar con la fuerza de la ley contra los grupos del crimen organizado.
@lopezobrador_ da a conocer las razones por las cuales regresaría a la escena pública de México, en su reaparición de más de 40 minutos, señaló que no hará gira para presentar su libro #Grandeza pic.twitter.com/CzHh79Td2Z
— péndulo_revista (@revista_pendulo) December 1, 2025
El México de López Obrador dejó bajo crecimiento económico, una borrachera de endeudamiento a un ritmo acelerado (7 billones de pesos en 6 años), la guerra entre cárteles que dejó a los estados de Michoacán Zacatecas, Guerrero, Sinaloa, Guanajuato, Baja California Sur, Sonora, Nuevo León, Durango, Chiapas entre otros encerrados en una nueva dimensión de los alcances económicos de los carteles.
El México del primer piso de la transformación, trajo el aumento en los asaltos en las carreteras, la falta de estado de derecho con la nueva suprema corte, la construcción de una clase política que se empecina en replicar los excesos en la asignación de contratos de obras a asociados, la falta de impacto medible de los programas sociales de jóvenes construyendo el futuro, tandas del bienestar y becas a estudiantes.
El retroceso en la competencia económica con la salida de empresas extranjeras, el desajuste en la competitividad de los jóvenes al trastocar el modelo educativo, planeando incluso caer en el adoctrinamiento en los libros de texto.
Una crisis con EUA por la política en materia de migración y de comunicación con las agencias de seguridad, la entrega del Mayo Zambada y la liberación de Ovidio sembraron la desconfianza del vecino del norte en el combate al tráfico de drogas.
Los conflictos de los productores del campo, la falta de resultados al desmontar el sistema de salud, el fracaso de la mega farmacia, la crisis en las finanzas en Pemex, la falta de liderazgo político en Morena, que continúa replicando los mismos esquemas de continuidad usados en su mandato, como son los cacicazgos políticos en una receta desgastada que propicia grietas entre sus militantes, reproduciendo su modelo de control partidista y económico en los municipios y en los gobiernos estatales, mismo que se convirtió en la resaca de un régimen que a poco más de un año de su partida parece vacunado de su figura en el ánimo social de el denominado “Séptimo Año”.
No es una simulación estoy retirado desde que me vine a la finca #LaChingada señaló @lopezobrador_ me jubile después de 50 años de vida política ininterrumpida pic.twitter.com/vJjMDRZaOv
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La reaparición del caudillo, se parece más a un remolque que quiere conducir la discusión pública que a un espaldarazo a la presidenta de México, y sí es cierto la presidenta Claudia Sheinbaum, reconoce su legado, pero los límites entre recordar sus decisiones y permitir la reconducción política a través de su propia agenda, se tornan en un fenómeno de agresión pública a la presidenta de todos los mexicanos.
No es que solo lo vea la militancia y los simpatizantes de Morena, lo ven todos los mexicanos y además los gobiernos extranjeros, más el gobierno de EUA, su reaparición dicta una estrategia de reducción de la figura presidencial, la cuál tiene la investidura constitucional del pueblo de México.
Es inadmisible la apuesta por trastocar el valor específico de la presidenta en el concierto político nacional e internacional con la intención de recomponer los contrapesos políticos de Morena y del país que López Obrador conducía. representando un “golpe político”, de facto a la salud democrática del país.
Andres Manuel, -dijo- está retirado de la vida pública, pero retorna con un mensaje al pueblo de México, de más de 40 minutos, incomparable para la titular del ejecutivo en otro momento de su gestión, detallando los logros de su gobierno, y el sustantivo político que representa para el actual gobierno su presencia política.
AMLO además revela que el sigue ahí a poco más de un año para la revocación de mandato, y recuerda que el hacedor del modelo de la cuarta transformación es él, aunque en el zócalo se grite al unisono presidenta.
Acudir al pasado para revisar el presente es signo de debilidad, cada uno de los presidentes debe de ser responsable de sus errores y de sus logros, no deben ser los poderes públicos y facticos los encargados de reparar con esta aparición, ni en ningún nivel trastocar el derecho político de la presidenta.
Los otros creían que aún viven entre nosotros
El presente de México, es producto de las decisiones diarias de la primera presidenta de México, por ello permitir que el fantasma del ex presidente ande por la casa no necesariamente es símbolo de que aún pertenece a él, su presencia “eterea” es signo de creer que todavía está en este mundo público, incluso hay que reconocer que los fantasmas pueden mover cosas con su poder, se manifiestan en la costumbre, se alimentan de los miedos de los habitantes que por derecho están ocupando la casa de forma transitoria.
Nunca hay que olvidar que los fantasmas, pueden no tener conciencia de que ya no están en este plano existencial, y que sus recuerdos pesan en los apegos y en los sentimientos, pero la realidad es una y es obligación de los otros entenderlo.
El recuerdo “López Portillo el principio del fin”
José López Portillo escribió un ensayo en 1986 denominado “El principio del fin”, dónde destaco este fragmento que dibuja la mirada del mandatario al entregar la banda presidencial:
Afuera se cumpliría el ritual político. Y ahora era yo el que, sin banda, escuchaba lo que decía el que ya la tenía, para hacer su propio planteo de la misma realidad. Ya no era yo el centro del acto; sino la referencia. Empezaba a medir mis intenciones con los resultados. Mi protagonismo se cerraba con una crisis más para nuestro desarrollo dependiente. Era yo causa y excusa. Entendí los austeros nuevos tiempos, que empezaban con la helada recomendación de que en el acto no hubiera aplausos.
Al terminar la ceremonia de Protesta, sólo la estricta cortesía del protocolo evitó una abandonada soledad allá arriba, en el estrado atropelladamente desalojado para seguir al nuevo sol que un día yo también fui y ya no era.
Llegó el tiempo en el que la razón tiene que vencer la inercia vivida como responsabilidad, todavía trabada entre el corazón y el plexo y que angustiaba mi cambiada realidad. Ya no tenía yo ni qué decir, ni qué hacer. Ni siquiera dónde dormir, pues la nueva casa no estaba terminada y antes de que fuera posible irme a la de Pepe, mi hijo, acepté el techo amigo de Carlos Hank que, a partir de ese momento, extremó el trato amistoso, afectuoso, considerado y leal. En su casa comimos en unión de los miembros de mi Gabinete, en reunión desconcertada y todavía no nostálgica, antes de la diáspora burocrática.
Y, después, tiempos y espacios vacíos de la responsabilidad del poder. Recobrada, para mí solo, la libertad con que lo conduje. Libre; pero inerte y desconcertado; sin tener que dar respuestas; sin deber dar respuestas; sin poder dar respuestas. Sólo un horizonte de silencio.
Ese es el destino de los mandatarios mexicanos al concluir su vida pública al frente del ejecutivo versus la aparición como voz conductora de un México que concluyó en 2024 y que debe de dar paso a un horizonte que tiene la responsabilidad de plantearse solo, natural y valiente dónde el destino lo debe escribir México a través de la presidenta Claudia Sheinbaum.