**Señala Oxfam de México que 37% de las personas trabajadoras no puede costear la canasta alimentaria con sus ingresos laborales.
**Las mujeres representan el 70% de la fuerza laboral en el sector social y de salud, lo que las pone en la primera línea frente a la epidemia sin que exista un diagnóstico de género.
**El miedo al contagio existe, sin embargo la posibilidad perder la fuente de ingresos de quienes carecen de seguridad social es peor ya que difícilmente podrán dejar de trabajar.
Cdmx.-En un comunicado la fundación Oxfam de México, cuestionó al gobierno federal la falta de acciónes contundentes durante la pandemia y aseguró que la caída en la actividad económica amenaza con desencadenar una fuerte recesión estimada de entre el 3% al 4% del PIB para 2020.
Señalaron la necesidad de que el gobierno federal aceleré las acciones para lograr la contención, mitigación y atención de los contagiados del Covid-19. Para ello reiteraron que es necesario asegurar los recursos financieros para realizar pruebas de detección y asegurar por ley la atención especializada así como reconocer las cifras reales del número de contagios.
Apuntaron que la Crisis económica sin duda afectará desproporcionadamente a las personas trabajadoras más pobres y con empleos precarios. De acuerdo con INEGI, más de la mitad de la población ocupada en México (31 millones de personas) se encuentran en la informalidad laboral, y según el CONEVAL, 37% de las personas trabajadoras no puede costear la canasta alimentaria con sus ingresos laborales.
Ante la situación de emergencia sanitaria en la que nos encontramos por el brote de coronavirus COVID-19, la prioridad inmediata es frenar la propagación. Sin embargo, como resultado de esta pandemia, no solo enfrentaremos retos de gran magnitud en términos de salud pública, sino también en el aspecto económico y social que requieren tomar acciones inmediatas y urgentes refirieron.
Apuntaron con cifras de la OMS, que las mujeres representan el 70% de la fuerza laboral en el sector social y de salud, lo que las podría en la primera línea frente a la epidemia.
Además, la sobre carga de trabajo de cuidados que engloba actividades como el cuidado de los niños y niñas, de las personas mayores, de las personas con enfermedades o de las personas con algún tipo de discapacidad, además de las tareas domésticas diarias como cocinar, lavar, coser e ir a buscar agua, recae desproporcionada e injustamente en las mujeres. Dijeron que es fundamental contar con un análisis de género.
Oxfam de México, resaltó que el brote de coronavirus es un claro recordatorio de que la línea entre la vida y la muerte también es desigual; aunque el miedo al contagio existe, la posibilidad perder la fuente de ingresos de quienes carecen de seguridad social es peor, difícilmente podrán dejar de trabajar, lo cual las coloca en una situación de mayor peligro, por exposición al riesgo de contagio y por las afectaciones económicas que tendrá la recesión económica prevista.
En un contexto donde algunos actores del sector privado están anunciando medidas de recorte de personal, hacemos un llamado a gobiernos federal y estatales a diseñar e implementar las medidas regulatorias y programas para garantizar que las empresas y el sector privado respeten los derechos humanos de sus empleados.
Para hacer frente a esta contingencia, insistieron en hacer un llamado al gobierno federal para implementar una política de recuperación económica que proteja los niveles de consumo y empleo, mitigue los efectos sociales de una posible recesión, y abandone la política de disciplina fiscal para poder asignar recursos financieros para promover el crecimiento económico.
Dijeron que es urgente implementar programas emergentes de transferencias monetarias no condicionadas que ayuden a mitigar la vulnerabilidad económica de millones de personas.
Una discusión impostergable cuando México, salga de la crisis será sobre un sistema fiscal progresivo capaz de generar recursos suficientes para que el Estado tenga un sistema de salud y protección social sólido.
La actual crisis ha puesto en evidencia la necesidad de un Estado fuerte, capaz de hacer frente a situaciones de emergencia. La política económica debe poner los derechos de las personas por delante, no la preservación de los privilegios de las élites económicas.