** El Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH y el gobierno municipal iniciaron los trabajos para la firma de un convenio y rescate de sitios históricos.
** Existe una zona arqueológica de origen teotihuacano, donde se pretende la recuperación de una base piramidal y otras edificaciones.
Reconocernos como los poseedores de la historia de Cuautitlán, nos da la capacidad de transformar nuestro municipio, mejorar nuestro entorno social y recuperar espacios de valor histórico, reconoció el presidente municipal Ariel Juárez Rodríguez, durante un recorrido con personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH.
La visita de Antonio Huitrón, delegado de INAH en la entidad, responde a los trabajos de recuperación de lugares y edificios que emprendió el Instituto Municipal de Cultura y Vestigios Arqueológicos, con lo que se proyecta la firma de un convenio de colaboración para iniciar el rescate y conservación de inmuebles, destacó Juárez Rodríguez.
Desde los primeros asentamientos teotihuacanos y toltecas, que hoy se ubican en el “Torremote”, en las inmediaciones del fraccionamiento Joyas de Cuautitlán, se tiene contemplada la recuperación de una base piramidal y otras construcciones para su conservación y la creación de un proyecto de parque urbano arqueológico, con rutas de recorrido y foros abiertos para actividades culturales.
Personal de cultura municipal, destacó que se elaborará de forma conjunta el proyecto para recuperar: la Cruz Atrial, la capilla de la Inmaculada Concepción, la Casa de la Cultura, estaciones de trenes, así como la capilla y cruz atrial de San José Milla, la Hacienda de San Mateo (lugar de nacimiento del pintor Luis Nishizawa), la fachada de la hacienda Las Cazuelas y la capilla de Santa Ana y San Joaquín en Tlaltepan, entre otras.
En el caso de las (dos) estaciones de trenes se buscará información con Patrimonio Ferrocarrilero, con el fin de conocer su catalogación y status de estos inmuebles que iniciaron sus actividades con la inauguración del servicio entre México y Nuevo Laredo en 1888.
El acercamiento con el INAH permitirá obtener los permisos y guías para realizar los trabajos bajo la supervisión de los especialistas y tener la posibilidad de presentarlos como estaban en su estado original.
