
Editorial
La oposición de este país, se escondió ante la realidad con la que el expresidente Ernesto Zedillo, criticó el discurso oficial que ya en dos sexenios priva en el país.
La llamada cuarta transformación, golpeó a la oposición, calificandolos como moralmente derrotados ante la falta de argumentos de peso que pudieran conseguir mayor número de diputados y senadores y con ello evitar las reformas que han puesto en vilo a la democracia y por ende a la economía de este país.
El PRI no se ha podido deshacer de Alito Moreno quien prácticamente se ha apropiado del partido que en 2012 recuperó la presidencia de la república, perdiendo en 2018, justamente coincidiendo con el arribo del campechano quien perdió 10 gubernaturas, cientos de espacios de representación y además corrió a muchos liderazgos y a otros los señaló de traidores cayendo en un barril sin fondo que hasta la fecha tiende a la desaparición del tricolor.
El PRD perdió su registro nacional en 2024 después de encabezar la lucha democrática desde 1988 con la candidatura del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y después apoderándose de la capital del país con los gobiernos de Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador y Miguel Ángel Mancera logrando en sus mejores años ser gobierno en 4 entidades.
Por su parte Acción Nacional, perdió el control político donde se encontraban estados con gran concentración de electores: 5.5 millones en Veracruz (tercer padrón más grande del país); 4.3 millones en Puebla y conteniendo 4.2 millones en Guanajuato, entre las principales entidades.
En conjunto la oposición no ha tenido juntos ni por separado consistencia en los resultados electorales, ni tampoco una ruta de nación pues aún cuando existió una coalición electoral, nunca hubo una ruta ideológica para competir con Morena y su transformación.
Hoy, tienen una oportunidad de oro para encarar a un régimen que no demostró cambio alguno, no hubo honestidad, austeridad, ni proyectos de infraestructura exitosos, ni cambios educativos, ni nuevas tecnologías, ni seguridad pública, ni combate al crimen organizado, ni detenidos por corrupción, ni una organización de su partido.
Pero la oposición está dormida, ausente y mantiene sus viejas prácticas de concentración de la representación entre una grey de los mismos de siempre hijos y nietos con apellidos machuchones y largos corridos de enriquecimiento.
México, tuvo un garbanzo de a libra con la aparición de Ernesto Zedillo quién frontalmente criticó la reforma judicial y las prácticas antidemocráticas en este país, habrá que demostrar que lo que ve Zedillo, lo vemos más personas.
La caja de Pandora se abrió golpeando al expresidente desde todos los ángulos, con los youtubers, influencers, cuentas anónimas de Twitter, periodistas del régimen, actores políticos, líderes empresariales, y hasta policías, la estrategia todos contra Zedillo, por responder con altura al régimen.
Y la oposición, dormida, obtusa, ausente, resentida y privada en el sueño de los justos, innecesarios y moralmente derrotados ante un hecho que le da la oportunidad a una parte de México de cohesionarse ante la posibilidad de crear un frente amplio contra la depredación del país.