Para Dónde Oscila El Péndulo
“La zozobra”, así define Ana Lilia Herrera el sentimiento que se vive en Texcaltitlán y en todo el sur del Estado de México tras los lamentables hechos dónde un puñado de habitantes hartos de ser extorsionados hicieron frente a grupos del crimen organizado machete en mano; ellos y ellas víctimas de la barbarie se enfrentaron con sus victimarios en un lamentable episodio que mancho de sangre las manos de inocentes por la falta de condiciones de seguridad y por la impertinencia de las autoridades.
En un artículo firmado por ella en el diario “El Universal”, la hoy presidenta del comité estatal del PRI denota tres cosas fundamentales, que ponen en perspectiva la situación de seguridad en esta región y sus consecuencias ante la postura del gobierno Mexiquense.
Primero el artículo pone de relieve, la diferencia política e ideología existente entre el PRI de Eric Sevilla y este, el de Ana Lilia Herrera más aguerrido y con mejores herramientas para ser oposición.
Y es que tras la derrota sufrida en el EdoMéx a manos de Morena en los comicios dónde se renovó al ejecutivo estatal, la sensación de desgaste motivaba salidas importantes del tricolor ante la debacle encabezada por Alejandra del Moral y más aún posponerlo ponía al tricolor como comparsa al servicio de el gobierno entrante, incluso revelando un posible acuerdo político por el uso de programas sociales y formas que tenían un sello de continuidad.
Segundo, con él se pone en la mesa de análisis un tema fundamental para lo que viene en la administración de la Maestra Delfina Gómez, el como convencer a la gente del Sur, que es el Estado la instancia encargada de brindar seguridad a sus habitantes y que por ello se puede fijar un rumbo mediante acciones concretas en el combate a la impunidad del crimen organizado y su complicidad con las instituciones en una región donde se da el cobro de piso y se tiene la presencia territorial de grupos armados que mantienen la amenaza crónica a miles de personas.
Herrera Anzaldo va más allá y pone el dedo en la llaga señalando que: culpar al pasado o repetir los lugares comunes de una fallida “estrategia” nacional de seguridad, aceptada con resignación por los gobiernos estatales, no colma el vacío de un Programa Estatal de Seguridad, que es obligación de la nueva administración estatal.
Esa es sin duda una postura inteligente que dotará de un discurso definido al tricolor para poder sostener que mientras el gobierno mexiquense no diga abiertamente que los abrazos del gobierno federal son una vacilada, no podrán hacer frente al combate al crimen en todas las regiones del estado más poblado del país.
Tercero y no menos importante el artículo deja ver una postura que debe permear a los gobiernos priístas y aliancistas para poder tener congruencia en cuanto al tema de seguridad pública.
Por ello es insostenible para el PRI hacer un “mea culpa” en el Sur del EdoMéx, para explicar cómo fue que se dejó crecer la presencia en esta región que convergen los límites de Guerrero, Michoacán y el EdoMéx, dónde los autodefensas y la siembra de estupefacientes son caldo de cultivo para que se continúe como desde hace más de dos décadas con actividades del crimen organizado.
Dónde la falta de seguridad no solo es producto del gobierno entrante, dónde no hay comunicación telefónica en franjas importantes, dónde las policías municipales y los mismos alcaldes son lacayos de los malos, dónde se ha dejado a su suerte a los habitantes por la falta de un estado de derecho que límite sus actividades.
Lo que si es un hecho es que sin duda la gobernadora se fajo los pantalones y fue al corazón de Texcaltitlán y ahí en Texcapilla hablo con los habitantes, cosa que no se tiene la certeza que pudiera haber sucedido si el PRI estuviera al frente del gobierno mexiquense.
En fin que la sozobra como define la presidenta del PRI la situación en la entidad, es sin duda una interesante oportunidad para transformar una región hundida en la narcoviolencia en beneficio de la gente y no solo de una causa política.